La forma de cómo funciona un cargador inalámbrico ha resultado un jarro de agua fría para muchos. Y es que, no ofrece una “carga inalámbrica” como tal.
Sí, ningún cable irá conectado al móvil, y puedes recargar varios dispositivos a la vez con una sola base de carga, pero… igual debes colocar el dispositivo sobre una base, ¡y no moverlo de ahí! Para que pueda ocurrir el reabastecimiento de la batería.Si quieres saber todo acerca de esta tecnología, te animamos a seguir leyendo este artículo donde te explicamos al detalle su funcionamiento, ventajas, desventajas, y qué dispositivos puede cargar.
¿Cómo funciona un cargador inalámbrico o wireless charger?
Déjanos decirte que, aunque nos la vendan como “carga inalámbrica”, la realidad es que, debería llamarse carga inductiva (o en su defecto, carga electromagnética), dado que emplea la inducción magnética para cargar la batería de tu teléfono.
Para explicar esta tecnología, debemos volver a un par de siglos atrás. Específicamente a finales del siglo XIX donde el brillante ingeniero Nikola Tesla descubrió que dos campos magnéticos podían transferir energía de un lugar a otro, ¡sin cables! Pero claro, únicamente cuando interfieren entre sí.
Y… ¿Qué queremos decir con esto? Seguramente ya lo hayas descifrado. Así es, los cargadores inalámbricos funcionan de la misma manera.
Todo es gracias a los campos electromagnéticos
Para hacer esto posible, tanto la base/soporte de carga como tu móvil, cuentan con bobinas de inducción electromagnética. Uno de ellos actúa como emisor de energía, y otro, como receptor, obviamente.
Como te habrás imaginado, la base de carga inalámbrica es el emisor, que gracias a su bobina, genera un campo electromagnético tan pronto es conectado a la corriente eléctrica. Un campo que permanece en reposo (es decir, sin transmitir electricidad), y que envía continuamente una señal cuyo fin es detectar la bobina receptora.
Una vez que el cargador ha detectado la presencia de un smartphone u otro dispositivo compatible con la carga por inducción, es en ese momento cuando empieza a transmitir la electricidad.
Ahora bien, la potencia del cargador y la distancia a la que puede cargar los dispositivos dependerá del estándar con el que es compatible. ¡Veamos las diferencias entre los estándares más utilizados!
‘Qi’ es el estándar más utilizado en la carga inalámbrica
El estándar carga Qi es el más extendido, por ser el más seguro, y el más eficiente. Lo cual instó a que compañías como Apple, Samsung, LG, etc., pusieran su fe en él. La única pega es que, el dispositivo debe estar prácticamente pegado a la base de carga.
Eso sí, no es el único. Pues existen otros estándares que si se llegasen a perfeccionar, serían un boom en el mercado de los cargadores inalámbricos.
Tal es el caso del estándar PMA, que con su tecnología de resonancia magnética es capaz de producir campos magnéticos mayores, por lo que, no sería necesario colocar el teléfono sobre el soporte. Otro que promete – y mucho – es WattUp, un estándar que puede cargar cualquier aparato, ¡ubicado en hasta 5 metros de distancia!
¿Cuál es el problema de ambos? Su eficiencia es mucho menor que el estándar Qi. Recordemos que este último, de la mano de Xiaomi pudo alcanzar hasta los 50W, hace un par de semanas atrás.
En la actualidad, ¿qué dispositivos pueden cargarse de forma inalámbrica?
Aunque no lo creas, esta tecnología empezó a utilizarse desde el siglo pasado, así que no es toda una novedad. Concretamente, en los años 90, se empleaba un tipo de carga por contacto para cargar los cepillos eléctricos.
Casi 30 años después, vemos que su uso apenas se ha extendido a unos cuantos dispositivos más. Entre los que se encuentran, los teléfonos inteligentes de gama alta de marcas como Apple, Samsung, Huawei, Xiaomi, Google…
En lo que se refiere a ordenadores portátiles, la marca Dell es quien apenas tiene en su catálogo un portátil con carga inalámbrica: el Dell Latitude 7285 lanzado en 2017, ¡y que es muy caro por cierto!
Quizás su aplicación más útil la encontramos en el ámbito de la salud, donde es utilizado para cargar corazones artificiales, puesto que el riesgo de infección es nulo, al poder recargarlo sobre la piel.
Conclusión
Y así señores es cómo funciona un cargador inalámbrico, al menos por ahora… Ya llegará el día en el que podremos disfrutar de una verdadera carga inalámbrica, esa en la que podamos entrar a una habitación ¡y voilà! El móvil empiece a cargar automáticamente.
¿Qué piensas de este “pequeño” truco de marketing? ¿Es mejor que un cargador convencional? ¡Cuéntanos!